(Cinco Días 16/12/12)
Las convocatorias, huelgas y paros afectan a las entidades financieras, los planes de reestructuración de Bankia, Novagalicia, Caja España-Duero y Caja 3 supone un despido de 10.000 empleados, pero no serán los únicos.
La Caixa ha comprado el Banco de Valencia generando así el cierre del 90% de las oficinas y una reducción de plantilla del 50%. Todo ésto se realiza por exigencias de Bruselas, que es quien ha facilitado el dinero para la recapitalización del sistema financiero español.
Desde el año 2008 se han destruido más de 35.000 puestos de trabajo, y es que el sector financiero, y más concretamente algunas cajas de ahorros han tenido que recurrir al capital público para sobrevivir, lo que ha provocado que España solicitase a Europa una línea de crédito de más de 40.000 millones de euros. Pero la factura que ha pasado Bruselas por este préstamo es demasiado elevada; no por el tipo de interés, sino por las condiciones impuestas.
La UE es el acreedor por tanto es quien marca las reglas.
Hace dos años y medio España contaba con 53 entidades financieras pasando a 12 en la actualidad.
Todos estos factores además de tener repercusión sobre las entidades financieras, también repercutirán sobre la atención prestada a los clientes.
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